“Venía de una situación común y corriente, viajando en el colectivo Chaco- Corrientes a eso de 10.30 11 de la mañana, y en un momento el colectivo se detiene por una especie de, en principio, lo que parecía un embotellamiento. Después canalizando un poco la cuestión pienso que en vehículo utilitario se detuvo viendo la situación que transcurría con este chico en el puente. Por suerte, el colectivero se detuvo. Vi al muchacho como pensando. Gracias Dios pude actuar con frialdad, corrí y fui lo antes posible hacia él. Estaba muy tranquilo, sabía que iba a terminar bien la situación.
Remarcando además, “No fue para mí una situación traumática ni desesperante, no perdí la paciencia, en ningún momento levanté la voz, porque sabía que eso iba a repercutir en él y lo iba a poner más nervioso y necesitaba que él esté tranquilo, y por eso necesitaba yo estar tranquilo. El miedo en realidad es amigo porque hace todos nuestros sentidos se despierten. Lo que es negativo es el pánico, porque te bloquea, es el verdadero enemigo”, prosiguió.